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TE INVITAMOS A DESCUBRIR NUESTRO
Desde 1940 poniendo el aroma dulce a la Villa Mariana de Teror
NUESTRA HISTORIA
Tradición dulce desde el corazón de Teror
Hablar de Dulcería Benítez es hablar de una historia real, de esfuerzo, pasión y tradición familiar que se remonta a los años más difíciles de nuestra historia reciente. En el corazón de Teror, donde hoy se respira el aroma a café y bizcochos recién horneados, nació un legado que sigue vivo desde hace más de 80 años.
Hablar de Dulcería Benítez es hablar de una historia real, de esfuerzo, pasión y tradición familiar que se remonta a los años más difíciles de nuestra historia reciente. En el corazón de Teror, donde hoy se respira el aroma a café y bizcochos recién horneados, nació un legado que sigue vivo desde hace más de 80 años.
Todo comenzó con Agustín Benítez y Juana Talavera, quienes regentaban una pequeña panadería donde creció su hijo José Benítez. Tras ser llamado a filas en la Guerra Civil Española, José volvió a casa en 1939 con un nuevo propósito: levantar un negocio familiar con sus propias manos. Así nació el quiosco de la Alameda de Teror, primer germen de lo que más tarde sería una de las dulcerías más emblemáticas de Gran Canaria.
Todo comenzó con Agustín Benítez y Juana Talavera, quienes regentaban una pequeña panadería donde creció su hijo José Benítez. Tras ser llamado a filas en la Guerra Civil Española, José volvió a casa en 1939 con un nuevo propósito: levantar un negocio familiar con sus propias manos. Así nació el quiosco de la Alameda de Teror, primer germen de lo que más tarde sería una de las dulcerías más emblemáticas de Gran Canaria.
En 1940, llega a la Villa Mariana Fermina González, conocida cariñosamente como Ferminita, procedente de Firgas. Con ella no solo comenzó un noviazgo, sino una aventura empresarial que marcaría a varias generaciones. Juntos, antes incluso de casarse en 1943, comienzan a ofrecer comidas y bebidas en el kiosco. Ferminita, con su energía imparable, su conexión con Pinito Yánez —repostera de la famosa pastelería de Doña Ana González en Vegueta— y su talento innato para los dulces, empieza a experimentar con recetas que se convertirían en verdaderos tesoros gastronómicos.
En 1940, llega a la Villa Mariana Fermina González, conocida cariñosamente como Ferminita, procedente de Firgas. Con ella no solo comenzó un noviazgo, sino una aventura empresarial que marcaría a varias generaciones. Juntos, antes incluso de casarse en 1943, comienzan a ofrecer comidas y bebidas en el kiosco. Ferminita, con su energía imparable, su conexión con Pinito Yánez —repostera de la famosa pastelería de Doña Ana González en Vegueta— y su talento innato para los dulces, empieza a experimentar con recetas que se convertirían en verdaderos tesoros gastronómicos.
Así nacen nuestros pasteles de carne navideños, truchas, mantecados, y muchos otros dulces tradicionales que aún hoy seguimos elaborando. Al principio, sin infraestructura propia, cocinaban en la trastienda y llevaban las bandejas a hornear a una panadería vecina. Pero la calidad era tal, que la fama cruzó los límites del municipio, y pronto decidieron abrir la primera Dulcería Benítez en la Calle de la Herrería (antes Coronel Rocha), equipada con maquinaria de segunda mano y un horno de gasoil.
Así nacen nuestros pasteles de carne navideños, truchas, mantecados, y muchos otros dulces tradicionales que aún hoy seguimos elaborando. Al principio, sin infraestructura propia, cocinaban en la trastienda y llevaban las bandejas a hornear a una panadería vecina. Pero la calidad era tal, que la fama cruzó los límites del municipio, y pronto decidieron abrir la primera Dulcería Benítez en la Calle de la Herrería (antes Coronel Rocha), equipada con maquinaria de segunda mano y un horno de gasoil.
El negocio no dejó de crecer. Incorporaron helados artesanales, y sus dulces comenzaron a llegar a distintos rincones de la isla. En los años 70, se trasladaron a su ubicación actual, en la Calle Nueva de Teror, donde Dulcería Benítez sigue viva, familiar y llena de sabor.
El negocio no dejó de crecer. Incorporaron helados artesanales, y sus dulces comenzaron a llegar a distintos rincones de la isla. En los años 70, se trasladaron a su ubicación actual, en la Calle Nueva de Teror, donde Dulcería Benítez sigue viva, familiar y llena de sabor.
Hoy, este legado continúa gracias a la nueva generación. José Abián Benítez Santana, nieto de José y Ferminita, lidera la dulcería con el mismo amor y respeto por las recetas originales. Aquí, cada dulce se elabora como antes: a mano, con mimo, y utilizando materias primas de primera calidad, tal como Ferminita enseñó.
Hoy, este legado continúa gracias a la nueva generación. José Abián Benítez Santana, nieto de José y Ferminita, lidera la dulcería con el mismo amor y respeto por las recetas originales. Aquí, cada dulce se elabora como antes: a mano, con mimo, y utilizando materias primas de primera calidad, tal como Ferminita enseñó.
Un sabor con historia, un rincón para el recuerdo
Un sabor con historia, un rincón para el recuerdo
Si buscas una cafetería con historia en Teror, un lugar donde desayunar, merendar o disfrutar de un brunch casero, te invitamos a vivir la experiencia de Dulcería Benítez. Más que una dulcería: somos memoria viva, somos sabor, somos familia.
Si buscas una cafetería con historia en Teror, un lugar donde desayunar, merendar o disfrutar de un brunch casero, te invitamos a vivir la experiencia de Dulcería Benítez. Más que una dulcería: somos memoria viva, somos sabor, somos familia.
Horario de apertura
Horario de apertura
Lunes Cerrado
Martes 09:00 – 13:00 / 17:00 – 21:00
Miércoles 09:00 – 13:00 / 17:00 – 21:00
Jueves 09:00 – 13:00 / 17:00 – 21:00
Viernes 09:00 – 13:00 / 17:00 – 21:00
Sábado 09:00 – 13:30 / 17:00 – 20:00
Domingo 09:00 – 13:30
Desde 1940 poniendo el aroma dulce a la Villa Mariana de Gran Canaria, Teror
Desde 1940 poniendo el aroma dulce a la Villa Mariana de Gran Canaria, Teror
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